Dolencia

vertebra-libro-de-horror-que-encontraras-en-el-libro-dolencia

Dolencia

Lucía trabajaba todas las noches en su casa como resultado de una pandemia que había llegado para quedarse y que la había forzado a hacer home office para evitar contagiarse del virus.

Se ponía sus lentes para protegerse de la luz azul y estar horas en la computadora. Ella era parte de una red de profesionales que comúnmente se definen como “hackers de sombrero blanco”, era contratada por empresas para ayudar en temas puntuales, desde protección al sector financiero, hasta la caza de pedófilos y asesinos que aparecían descaradamente en la deep web.

Carajo, este dolor cada vez se hace más intenso, seguramente paso demasiadas horas en la computadora. – se decía                 así misma mientras tomaba otro café para no quedarse dormida.

Era muy buena en su trabajo, odiaba las injusticias y ese era su principal motor. Le encantaba trabajar, tanto que dejaba de ver a familia y amigos por temporadas prolongadas, se mudaba continuamente por temas de seguridad, y la mayor parte del tiempo estaba ocupada o durmiendo.

Desde hacía unos días, un dolor que parecía provenir de alguno de los nervios del ojo, la tenía preocupada, pero pensar en ir al hospital a revisarse era una locura, la pandemia estaba en su mayor pico, tenía miedo de contagiarse.

Eran las 3 de la mañana, se había quedado dormida en su escritorio, al intentar abrir los ojos se dio cuenta que uno de ellos estaba pegado, no podía abrirlo. Caminó hacia el baño, se miró al espejo, parecían lagañas, pero no estaba segura. Intentó abrirlo, arrancando algunas pestañas mientras lo hacía.

– ¿Qué es esto? – con asombro se preguntaba así misma.

Mientras lo abría, parecía que de él salía un líquido espeso color blanco. Cuando logró abrirlo por completo, su ojo ya no estaba, era una cuenca solamente. Soltó un grito de horror, mientras se apartaba del espejo sobre el lavabo. ¿Qué era aquello?

Lucía intentó marcar a un amigo del trabajo, Sergio, le pidió que fuera verla.

– ¿Qué es lo que te sucede Lucía? Son las 3 de la mañana.
– Tengo algo en el ojo, estoy asustada, hay algo raro. Por favor ayúdame a llevarme al hospital.
– ¿Qué es lo que tienes?
– Ven a ayudarme, me sale un líquido blanco del ojo. – decía Lucía mientras se miraba al espejo, temblando.
– Llego en 10 minutos.

 

Diez minutos tal vez era mucho tiempo, Lucía empezó a sentir un dolor intenso en la cabeza, mientras recordaba hechos terribles parte de sus investigaciones. Sergio alguna vez le había dicho: debes darte un tiempo y desconectar de todo, sino este trabajo acabará consumiéndote.

Apenas había pasado un minuto, y Lucía ya había revivido años completos de trabajo, cada vez que salía de su ojo ese líquido blanco, una nueva memoria se hacía presente. Ella absorbía todo lo que vivía en su trabajo, se ponía en los zapatos de las víctimas y guardaba odio hacia los delincuentes. No tenía idea de cómo soltar todo ese dolor, que finalmente no era suyo realmente.

Su trabajo la estaba consumiendo, era el día de su muerte y no podía hacer nada para evitarlo. Recordaba de nuevo las palabras de Sergio “deberías aprender a no absorber nada de esto, un día de estos va a acabar contigo por completo”.

Lucía sabía muy bien cuál era su propósito, tomó una hoja y anotó en papel algunas instrucciones para que quien fuera asignado, pudiera seguir con su trabajo. El líquido comenzó a salirle por la boca, hasta que sufrió asfixia y cayó sobre la mesa donde tenía su computadora, mientras un mail de felicitaciones llegaba a su bandeja de entrada: “Felicidades acabamos de atrapar a una red grande de secuestradores, serás promovida”.

* Imágenes relaizadas en MidJourney

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *